DESCUBRE LEYENDAS

Legendario Literario Hispánico del siglo XIX

Proyecto I+D Ministerio de Economía y Competitividad FFI 2013-43241R

Publicación
Recuerdos de un viaje por España, 3ª y 4ª Parte, t. II, Madrid, Establecimiento Tipográfico de Mellado, 1850, pp. 23-24.
Acontecimientos
Edad Media / amor conyugal / poder feudal omnímodo.
Personajes
Alvar / Munia/ doña Aldonza
Enlaces

LOCALIZACIÓN

CEDEIRA

Valoración Media: / 5

Alvar y Munia

          “En Cedeira hicimos noche, y allí nos refirieron la siguiente leyenda. En los turbulentos siglos de la edad media, una honrada labradora llamada Munia, joven, y casada con un hombre a quien amaba mucho, dio a luz una criatura muerta, circunstancia que hizo fuera elegida para nodriza de un niño que dos días antes había nacido de doña Aldonza, esposa del señor feudal del territorio. Alvar, el esposo de Munia, estaba ausente a la sazón siguiendo el estandarte de su señor en la guerra, y la aldeana como era natural, estaba triste y cavilosa pensando siempre en la vuelta de su marido. Un día que la castellana se ausentó momentáneamente de su alcázar, para ir en romería a una ermita cercana, estaba Munia con el tierno infante en los brazos, sentada a la orilla de un rio, cuando de repente estalló una furiosa tormenta y un rayo cayó no lejos de ella: estremecida y asombrada con el terrible estampido del trueno, dejó caer el niño que rodó hasta el rio y desapareció para siempre entre las aguas. Munia, casi loca con tal desgracia, corrió desesperada por los campos y los montes, y su estrella la guio al camino que traía Alvar, que volvía alegre al castillo a anunciar la venida de su señor quien tornaba victorioso de los moros. Munia sin poder articular una palabra cayó desfallecida en los brazos de su esposo, que al cabo de largo rato logró volverla en sí, y que le explicase el terrible suceso que causaba su quebranto. Alvar condujo a su esposa a la choza de un pastor que cerca de aquel sitio estaba, y la hizo recostar para que recobrase el reposo en tanto que él velaba por su seguridad a la puerta de la cabaña. Comenzaba a amanecer, después de una larga y tormentosa noche, cuando el sayón[1] del castillo seguido de algunos hombres de armas llegó cerca de la choza que albergaba a los esposos. Eran enviados aquellos por doña Aldonza que al entrar en su alcázar supo la muerte de su tierno hijo y la huida de la nodriza. Aquella madre desolada, armada del omnímodo poder del feudalismo, había ordenado la llevasen la cabeza de su vasalla, que había dejado perecer el hijo que la confiara. Pugnaba el sayón por entrar en la cabaña para apoderarse de su víctima, pero Alvar se había arrojado a sus plantas y estrechaba fuertemente sus rodillas pidiéndole no le privase de una esposa que formaba sus delicias y a la que amaba más que a su propia vida. Nada podía ablandar al siervo encargado de aquella ejecución sangrienta, y ya iba, auxiliado por los hombres de armas, a penetrar en el asilo de Munia, cuando Alvar concibió de repente una idea terrible aconsejada por el ardiente amor que profesaba a su joven compañera. «Llévale, dijo al sayón, mi cabeza a la señora en lugar de la de Munia y no turbes el sueño de esta.

 —¿Estás loco? le contestó aquel.

—Sí; ¡por el cielo! accede a mis ruegos... toma esta bolsa que cogí en la toma de un castillo moro, pero llévale mi cabeza al ama, y deja libre a mi esposa.» Consintió por fin el verdugo señorial en el cambio, y el generoso Alvar inclinaba dócilmente su cuello bajo el hacha, cuando se abrazó con él su esposa que había escuchado sus últimas palabras. En aquel momento, el hacha levantada cayó, e hirió de muerte a ambos esposos. Dos robustos y elevadísimos pinos cuyas ramas se confunden y cuyos troncos están casi juntos, señalan el lugar de su tumba”.

FUENTE

Mellado, Francisco de Paula, Recuerdos de un viaje por España, 3ª y 4ª Parte, t. II, Madrid, Establecimiento Tipográfico de Mellado, 1850, pp. 23-24.

Edición: Maria José Alonso Seoane

NOTAS

[1] Sayón: 1. m. Verdugo que ejecutaba las penas a que eran condenados los reos (Diccionario de la lengua española, RAE).