DESCUBRE LEYENDAS

Legendario Literario Hispánico del siglo XIX

Proyecto I+D Ministerio de Economía y Competitividad FFI 2013-43241R

Publicación
Páginas sevillanas: sucesos históricos, personajes célebres, monumentos notables, tradiciones populares, cuentos viejos, leyendas y curiosidades (S.n.) 1894. págs. 197-199.
Acontecimientos
Personajes
Luisa Roldán
Enlaces

Calderón, Elena Amat. Luisa Roldán" La Roldana": su vida y sus obras. 1927.

Garcia Olloqui, Maria Victoria. "Luisa Roldán, la Roldana. Nueva biografía." (2000).

Hall-Van den Elsen, Catherine. "Luisa Roldán," La Roldana": aportaciones documentales y artísticas." Roldana:[catálogo de la exposición]: Real Alcázar de Sevilla, 25 de julio-14 de octubre 2007. Consejería de Cultura, 2007.

LOCALIZACIÓN

SANTA MARINA

Valoración Media: / 5

Desposorios místicos de Santa Catalina
Hispanic Society NY

 

La Roldana

«Roldán dejó varios discípulos,
entre ellos su hija Luisa, notable artista,
a quien los sevillanos dieron el nombre de la Roldana.»

 

Vamos a ocuparnos de la célebre escultora Luisa Roldán y Mena, conocida por la Roldana; y si bien son pocos los datos biográficos que de ella conocemos, sus obras son suficientes a llenar muchas páginas en su elogio.

Hija de Pedro Roldán, artista que trabajó mucho para los templos de Sevilla, aprendió desde pequeña la escultura, aventajando con el tiempo a su padre, el cual, aunque ejecutó algunas figuras no exentas de mérito, hizo muchas que no resisten la crítica más indulgente.

Nació la Roldana en 1656, y, como siendo muy joven quedó huérfana de madre, encargóse del gobierno interior de su casa, ayudando al mismo tiempo en las esculturas a su padre, sin abandonar por ello las labores domésticas, a que debe dar particular —197— atención toda mujer hacendosa y prudente. Con las lecciones que a diario recibía y con el talento de que la naturaleza la había dotado fue cada vez adelantando más en los trabajos que comenzaba, llegando a construir estatuas tan bellas como las que se encontraban en el extinguido convento de las Mínimas.

Cuéntase que por entonces, habiendo rechazado el Cabildo una escultura que por su encargo hizo Pedro Roldán, su hija la arregló de tal modo, que fue admitida por los canónigos con satisfacción extraordinaria. Y no fue ésta la sola ocasión en que la Roldana corrigió a su padre, pues en la Virgen de los Dolores que existe en San Pablo y en el paso de la Mortaja de Santa Marina también puso sus manos, y por cierto con los mejores resultados.

Para la iglesia de San Bernardo ejecutó cuatro figuras, que merecen citarse por la verdad que tienen, por la sencillez de las actitudes y por los conocimientos anatómicos que revelan. Representan tales esculturas a San Miguel, a San Agustín y a Santo Tomás, siendo la más notable la última, de la Fe, que como las anteriores se hallaba en el altar donde también existía el célebre cuadro de la Cena pintado en 1622 por Francisco Varela.

 Cuando Pedro Roldán se encargó de construir el paso de la Oración del Huerto, de Monte-Sión, su hija le ayudó notablemente; y son de su mano, ángel que sobre nubes se levanta bajo la palmera — 198 —y los medallones de relieve que ostenta el zócalo en la peana.

Para la magnífica iglesia de San Miguel hizo Luisa Roldán la estatua de dicho arcángel, puesta en el retablo mayor, y de la que escribía un erudito historiador las siguientes palabras: «La gallardía y franqueza del dibujo, la hermosura del joven rostro, en que a la vez se expresan el valor guerrero y la dulzura, y la exacta conclusión de las carnes y ropajes, es encantadora. Pocas veces se habrán ocupado las gubias de los escultores para cortar su madera con más acierto y facilidad.»

 En lo que más sobresalió la Roldana fue en las figuras pequeñas; y existen de ella algunos niños admirables, que se conservan en los conventos de monjas.

La fama de esta mujer llegó hasta Madrid, y el desdichado monarca Carlos II la mandó llamar a la corte, nombrándola escultora de cámara y encargándole algunos trabajos con destino al monasterio del Escorial

 Desde el año 1695 la Roldana vivió en Madrid, hasta 1704, en que falleció víctima de una enfermedad aguda. Su padre había muerto en 1700 sin dejar bienes algunos de fortuna y en medio de la soledad y el reposo de una casa de campo que tenía próxima a Sevilla.

Luisa Roldán, según los autores que la conocieron, fue de agradable rostro, de estatura proporcionada—199—y de formas correctas; tenía un carácter dulce y expansivo: contrajo matrimonio con D. Luis de los Arcos, caballero sevillano, de quien no tuvo hijos; y habiendo recibido aquella educación propia de su época, era muy dada a rezos y devociones, aunque sin extraordinarias mojigaterías.

FUENTE

Chaves, Manuel, Páginas sevillanas: sucesos históricos, personajes célebres, monumentos notables, tradiciones populares, cuentos viejos, leyendas y curiosidades (S.n.) 1894. págs. 197-199.

Edición: P.R.V.