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Legendario Literario Hispánico del siglo XIX

Proyecto I+D Ministerio de Economía y Competitividad FFI 2013-43241R

Publicación

Revista galaica: Año II Número 24 - 30 diciembre 1875, pp. 9.10. Publicado por vez primera en Martínez Padín, Leopoldo. Historia política.

Acontecimientos
Ofrenda a la Virgen
Personajes
Virgen de la Merced, frailes franciscanos
Enlaces

Fernández, Juan José Burgoa. "A Ermida de Nosa Señora da Mercé eo Voto de Chanteiro." Estudios mindonienses: Anuario de estudios histórico-teológicos de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol 22 (2006): 633-660.

LOCALIZACIÓN

CHANTEIRO

Valoración Media: / 5

El canastillo de flores

La noche había desplegado sus alas sobre la tierra: la espesísima bruma, que hacía algunos meses cubría a la antigua villa del Ferrol, era cada vez más densa, y ningún otro sonido que los lamentos de los moribundos y los gritos de sus deudos repetía el eco lejano.

La calamidad que referimos sucedió a principios del siglo XV. En esta época el Ferrol se hallaba reducido a un grupo de casas reunidas al derredor del convento de San Francisco, como grupo de mirtos y rosales que ha nacido al pie de un elevado ciprés.

Después de algunas horas de silencio y oscuridad, se oyeron los melancólicos golpes de una campana y un farol atravesaba las sombras. Un ministro del Señor iba a llevar el último auxilio[1] a las almas que se despedían del mundo. Eran tantas las personas que demandaban la presencia del anciano, que después de haber este recorrido gran parte de aquel conjunto de casas, llegó a una, fatigado y casi sin voz.

Acercóse a un miserable lecho donde había una mujer agonizante; quiso hablarla y no pudo; sus rodillas vacilaron y cayó sobre un tosco banco, pálido y contraído su rostro por una convulsión mortal; se esforzó para alentar la moribunda; se levantó; acercóse a su lecho y cayó sobre él exclamando.

—¡Ya han muerto todos![2]

En efecto: él era el único que había sobrevivido a los demás, muertos a manos del cruel azote, que, cual el cólera de nuestros días, había llevado al sepulcro la mayor parte de los habitantes del Ferrol.

Un hijo de la infeliz doliente estaba a su lado, y con fervor imploraba para ella perdón del cielo, más ésta le pedía con ansia que buscase un sacerdote. Y entre las angustias de la muerte, tendió su mano hacia el convento; su hijo la comprendió, y en alas de su amor voló al monasterio.

Salieron los monjes a administrar el viático llenos de alegría porque les había llegado la hora de encontrar la muerte al lado de los invadidos por la epidemia, así como la habían hallado sus hermanos los sacerdotes de la parroquia. Llevaban blandones[3] en sus manos, y sobre los hombros de algunos la imagen de la Virgen de la Merced[4]. El joven les seguía haciendo votos por la salud de su madre, y como nada poseía más que un jardín, ofreció coronar todos los años de flores el altar de la Virgen si su madre vivía.— 10—

Caminaron, y al llegar a casa del joven, su madre salió a recibirlos. Empezó a alborear la aurora, el sol amaneció radiante, y la epidemia había desaparecido.

El hijo cumplió su promesa, y la villa del Ferrol, para perpetuar la memoria de aquel acontecimiento, sigue ofreciendo anualmente a la Virgen un canastillo de flores[5].

 

FUENTE

Martínez Padín, Leopoldo. “El canastillo de flores”,  Revista galaica: Año II Número 24 - 30 diciembre 1875, pp. 9.10

Publicado por vez primera en Martínez Padín, Leopoldo. Historia política, religiosa y descriptiva de Galicia, Volumen 1, Tip. de A. Vicente, 1849 –pp.218-219.

 

Edición: Pilar Vega Rodríguez

NOTAS

 


[1] Son los sacramentos de la Penitencia, Eucaristía (viático) y Unción de los Enfermos que ofrecen al cristiano la reconciliación con Dios y el auxilio de su presencia.

[2] “Esta población ha padecido varias pestes, siendo grandes los estragos causados por las de 1400 y 1404. Habiendo fallecido todos los sacerdotes, tuvieron que administrar los sacramentos los monjes del antiguo convento de San Francisco. En medio de la horrorosa calamidad, hicieron, según tradición, los ferrolanos el famoso voto de Chanteiro”. Crónica general de España: o sea historia ilustrada y descriptiva…. A. Ronchi, 1865, vol. 1. p.111.

[3] Blandón: Vela gruesa de cera con una mecha. (Diccionario de la lengua española, RAE)

[4] La Virgen de la Merced se veneraba en Chanteiro y dependía del convento el franciscano de Montefaro. Cuando los franciscanos abandonaron la ermita en 1839 el voto fue conmutado de Chanteiro a Ferrol. La tradición se inició en la Pascua de 1404 cuando los vecinos acudieron a la Merced a pedirle que los librase de la epidemia de peste que asolaba la comarca.

[5] Da fe de esta costumbre Pascual Madoz; la ofrenda la realiza el procurador del Ayuntamiento el segundo día de la Pascua en el Santuario de la Merced de Chanteiro. Diccionario geográfico (1847), vol. 6, p. 318.