DESCUBRE LEYENDAS

Legendario Literario Hispánico del siglo XIX

Proyecto I+D Ministerio de Economía y Competitividad FFI 2013-43241R

Publicación

Album de un viaje por Asturias, Oviedo, Imprenta de D. Domingo González Solís, 1858, p.. 38

Acontecimientos
Muerte del rey Favila a manos de un oso
Personajes
Rey Favila, reina Froiliuba, Hormesinda, Alfonso I
Enlaces
Favila despidiéndose de su esposa Froiluba en un relieve del s. XII (Monasterio de San Pedro de Villanueva, Cangas de Onís).

Durán, Agustín. Romancero General, Madrid, Rivadeneyra, 1834, p. 414 .

LOCALIZACIÓN

CANGAS DE ONÍS

Valoración Media: / 5

      

[Favila y Froiliuba]

Era una tarde de septiembre del año 739, cuando en el pórtico del modesto palacio de los Reyes de Asturias en Cangas de Onís, se veían muchos monteros [1] que tenían del diestro sus caballos, halconeros acariciando sus azores[2] , y pajes que sujetaban trabajosamente a los lebreles [3]: todo anunciaba que el joven Rey don Favila iba a salir de caza; mas contra su costumbre se retrasaba su salida del palacio. Era la causa de la detención cierto presentimiento de la bellísima Reina Froiliuba que, cual Venus con Adonis, empleaba todos los medios que le sugería la ternura para impedir que su muy amado esposo fuera al monte en aquel día. Mas nada bastó. Favila se arrancó de sus brazos, y corrió en busca de su corcel, que piafaba[4]  de impaciencia. Aun Froiliuba, olvidando la gravedad de Reina, llegó hasta la puerta del palacio para detener al infatigable cazador. Este ya partiera, pero dirigió de lejos un expresivo saludo a la tierna consorte, que se retiró a llorar a su cámara.

        No fueron vanos estos vaticinios del corazón. Pocas horas transcurrieron cuando los cazadores se empeñaron en seguimiento de un corpulento oso en la cima del monte Olicio[5]. El Rey iba el primero, y alejándose de sus monteros entró osadamente en una cueva, donde la fiera le había precedido. Allí se empeñó una breve, pero terrible lucha. El venablo[6]  del Rey atravesó por dos veces al oso, mas su pecho fue abierto por las garras de la fiera. Cuando acudieron los otros cazadores, ambos contendientes eran muertos. Señalaron aquel sitio de triste memoria con una cruz[7], y en improvisadas andas de ramaje condujeron al sangriento cadáver a Cangas. Froiliuba, al cerciorarse de su desgracia, perdió la razón, y al poco tiempo la vida, y su cadáver fue a reposar al lado del de Favila, a la entrada de la iglesia de Santa Cruz, que ambos edificaran poco antes. No muy lejos del lugar de la catástrofe tenía su morada el denodado Alfonso, hijo de Pedro, duque de Cantabria, desposado con Hormesinda, hija de Pelayo. Proclamáronle Rey, como el más digno de suceder al malogrado[8] Favila, y uno de sus primeros actos, accediendo a los deseos de su esposa, fue convertir su palacio en iglesia, donde en una serie de esculturas, hizo representar la triste historia de su antecesor. Este templo es el de San Pedro de Villanueva, que se acaba de recordar.

 

Edición: Rosario Álvarez Rubio

 

[1] monteros: partícipes en una montería, ojeando la caza hacia donde se encuentran los cazadores o tiradores

[2] azores: aves de cetrería

[3] lebreles: perros especializados en la caza de la liebre

[4] piafaba: rascaba o pateaba el suelo con las pezuñas por inquietud estando parado

[5] Llámase hoy Osuna, y es el que se eleva sobre Villanueva. (Nota del autor).

[6] venablo: arma arrojadiza, flecha o lanza corta

[7] Aun subsistía en el siglo XVII (Nota del autor).

[8] malogrado: muerto apenas empezado su reinado y en la flor de la edad