DESCUBRE LEYENDAS

Legendario Literario Hispánico del siglo XIX

Proyecto I+D Ministerio de Economía y Competitividad FFI 2013-43241R

Publicación

Aragón, Reyno de Christo y dote de María Santíssima, en la imprenta de Francisco Moreno, 1750.

Acontecimientos
Los musulmanes intentan conquistar el Pueyo de Araguás, pero sus defensores logran, en un primer momento, recharzarlos, pero se encuentran cercados mientras Íñigo Arista y sus hombres esperan noticias para intervenir. De repente surge un acontecimiento milagroso que permite a Íñigo Arista reunirse con los defensores del Pueyo de Araguás y ganar la batalla.
Personajes
Los moros; Íñigo Arista y sus soldados
Enlaces

SAS, Antonio (1797), Compendio histórico de los reyes de Aragón, desde su primer monarca hasta su unión con Castilla, 2 vols. Imp. Real, Madrid

UBIETO ARTETA Agustín, Leyendas para una historia paralela del Aragón medieval. Institución Fernando el Católico (CSIC), Excma. Diputación de Zaragoza Zaragoza, 1998.

 

LOCALIZACIÓN

EL PUEYO DE ARAGUÁS

Valoración Media: / 5

LA SANTA CRUZ GUÍA EL CAMINO

(SIGLO X. PUEYO DE ARAGUÁS)


A la muerte del rey Sancho García, el reino de Sobrarbe quedó debilitado y dividido en múltiples banderías, circunstancia que aprovecharon rápidamente los musulmanes para volver a apoderarse de las sierras de Panillo, Pano y Troncedo que habían perdido, así como de las tierras ribagorzanas situadas entre los ríos Cinca y Esera.

En esta lucha sin cuartel entablada, uno de los puntos de mayor resistencia cristiana lo constituía el Pueyo de Arahuest o Araguás, a cuyas puertas acamparon los musulmanes, con ánimo de tomarlo. Ante el inminente peligro que ello suponía, Íñigo Arista acudió con su ejército en ayuda de los sobrarbenses, con unos seis mil hombres armados, que se asentaron a la espera en el luego denominado «campo del rey».

Los defensores del Pueyo de Araguás impidieron atravesar el río a los musulmanes, pero al salir de sus muros para unirse al ejército de Íñigo Arista fueron rechazados por los moros, quedando cercados y sin posibilidad de unirse ni de ponerse en contacto con aquél, estando condenados irremisiblemente a la rendición. Mientras, Íñigo Arista esperaba noticias que, dadas las circunstancias, nunca podrían llegar.

De pronto, con gran sorpresa por parte de todos, se dibujó una cruz en el cielo indicando a Íñigo Arista la dirección en que los defensores del Pueyo de Araguás estaban cercados. Puesto en marcha con sus hombres, cogió a los musulmanes desprevenidos entre los dos ejércitos, de manera que no quedó ni uno solo con vida.

Inmediatamente, Íñigo Arista se convirtió, por aclamación unánime, en el quinto rey de Sobrarbe, logrando terminar con las banderías que asolaban y dividían el territorio cristiano.

La prodigiosa aparición de la Cruz hizo que Íñigo Arista incorporara este símbolo, en color plata sobre campo azul, en su escudo de armas, de donde lo tomarían algún tiempo después los reyes aragoneses, mostrándose siempre al lado de una carrasca.

Editado por Christelle Schreiber – Di Cesare