DESCUBRE LEYENDAS

Legendario Literario Hispánico del siglo XIX

Proyecto I+D Ministerio de Economía y Competitividad FFI 2013-43241R

Publicación

FACI, Roque Alberto (1739 y 1750), Aragón, Reyno de Chisto y dote de María Santíssima.

 

Acontecimientos
Los mozárabes de Torralba, descontentos de vivir bajo el dominio el rey moro Masilio, deciden rebelarse. Un resplandor misterioso aparece de repente para animarles y asegurarles de su victoria.
Personajes
el éjercito moro; paisanos defensores de Torralba
Enlaces
Foto: Ricardo Sanz

LOCALIZACIÓN

TORRALBA DE ARAGÓN

Valoración Media: / 5

Victoria cristiana frente al rey moro de Zaragoza

(Siglo IX, Torralba)

 

Como es sabido, todo Aragón fue dominado por los musulmanes a comiensos del siglo VIII, aunque una buena parta de los hispanogodos que vivían en sus pueblos permanecieron en los mismos, bien convertidos a la religión de los nuevos gobernantes, bien continuando fieles al cristianismo, con el estatuto de mozárabes.

En algún caso, las relaciones entre ambas comunidades dieron lugar a enfrentamientos más o menos sangrientos, como ocurriera en Torralba, en torno al año 800, es decir, casi un siglo después de la invasión.

Eran los tiempos en los que gobernaba en Sarakusta el rey moro Marsilio, cuando los mozárabes de Torralba, descontentos por el trato que recibían por parte de sus dominadores musulmanes, tomaron la firme decisión de hacerles frente para lograr un trato más justo.

Cuando una noche estaban deliberando qué hacer, en un lugar situado entre los ríos Clarés y Jalón, naturalmente a espaldas de sus opresores, en el mismo lugar que esto ocurría fueron iluminados por un intenso resplandor que procedía del cielo, oyendo a la vez una dulce voz que lezs decía: «Esforzaos cristianos en el Señor, que habéis de vencer».

Confiados y animados por el anuncio celestial de su victoria, los cristianos de Torralba lucharon con tanto ánimo y valor que lograron lo que parecía imposible, vencer a los poderosos moros. Tras la batalla, como muestra de su victoria, ofrecieron a los pies de la celestial capitana las cabezas de los infieles derrotados, cuyos cadáveres fueron enterrados en el valle contiguo, llamado desde entonces «barranco de Matamoros».

Desde entonces, el paraje que está entre los ríos Clarés y Jalón se convirtió en lugar sagrado, y allí se veneraría en adelante la imagen de la virgen de Cigüela, a la que los cristianos debieron su victoria cuando el dominio de los sarracenos era total en todo el valle del Ebro.

Editado por Christelle Schreiber – Di Cesare