DESCUBRE LEYENDAS

Legendario Literario Hispánico del siglo XIX

Proyecto I+D Ministerio de Economía y Competitividad FFI 2013-43241R

Publicación

Memorias Históricas de la Villa de Alcalá de Guadaira, Sevilla, Imprenta de Mariano de Caro,1833, pp. 16-24

Acontecimientos
Hallazgo milagroso de una imagen de Santa Ana
Personajes
Elvira y Estefanía Nazareno
Enlaces

LOCALIZACIÓN

DOS HERMANAS

Valoración Media: / 5

[Dos hermanas]

 

 Porque se supone que  Gonzalo Nazareno, el que como se dirá, se presume ser el padre de las dos hermanas, que descubrieron la imagen de Sta. Ana, por citarse en el repartimiento Cuartos, Quintos, Faraya o Trestama, Villanueva y Varga Santarém en el término de Alcalá, y ya también porque cuantos vayan a la fiesta de la Sta. Patrona lleven algunas devotas ideas en su peregrinación o romería. — 16 —

El P. Provincial de S. Francisco Fr. Isidoro de Castro, natural de la misma villa de Deshermanas, escribiendo sobre la tradición del hallazgo de Sra. Sta. Ana y origen de este pueblo, dice con Rodrigo Caro en su libro de  Antigüedades de Sevilla y pueblos de su jurisdicción impreso en 1634, que en una cueva debajo de tierra se halló una venerable imagen de Sta. Ana de madera, y una campana pequeña y una cruz de bronce de media vara, reliquias de los cristianos perseguidos de los moros que ganaron a España.

Halláronla dos hermanas muy virtuosas, a quien, dicen, reveló nuestro Señor que allí hallarían estas reliquias, para las cuales edificaron una ermita donde hoy dentro del lugar se guardan, teniendo mucha devoción con la Sta. imagen, de la cual se admira que en el sitio donde se halló que es muy húmedo se pudiese conservar tanto tiempo cosa de madera; pero puédelo todo el que conserva estas imágenes para confusión de los herejes y consuelo de los católicos que con ellas aumentan la religión y devoción, como la tienen en esta villa con esta Sta. imagen, celebrándola todos los años con fiesta y demostraciones de devoción y alegría.  (15-16)

Continúa el P. Castro advirtiendo, que además de la campanita y cruz hay también en el relicario unas cuentas gruesas engarzadas de rosario a modo de camándula[1], y en la capilla una lámpara de metal que es la que comúnmente está con luz alumbrando a la Sta. — 17 — que se tiene por inmemorial haberse encontrado debajo de tierra con la imagen, como asimismo el rosario; y que tanto los naturales como los forasteros ocurren por aceite de la lámpara, por la cruz, campanita y cuentas del rosario para sus enfermedades, experimentando buenos efectos en su salud, y que se llevan para lo mismo a Sevilla y otras partes.

No dice Caro el día, mes y año en que se halló la imagen ni, como se llamaban las dos hermanas, ni de dónde vinieron, ni a dónde se fueron: pero es fácil persuadirnos, dice el P. Castro, fue después que S. Fernando expulsó los Moros de estas tierras; y que las gentes que vinieron a poblarlas de las montañas y de León eran buenos cristianos, pero rudos, sencillos y cándidos, y no tuvieron la prolijidad de dejar escrito lo que pudieron oír a los primeros y de aquí la escasez de noticias verdaderas.

Sobre las dos hermanas, dice, haber leído en Serna, autor curioso, que eran parientas del rey S. Fernando, y oído que las Sras. Saalices, que están enterradas frente de la capilla Real de Sevilla junto al pilar derecho, eran las dos hermanas de este descubrimiento según se decía; pero que el Señor por disposición divina ocultaba esto para que pongamos solo la mira y atención en la veneración y devoción de Sra. Sta. Ana.

Ya se dijo que reveló Dios el sitio a las. Dos hermanas virtuosas, y es tradición fueron con — 18 — su padre al dicho sitio, y al llegar se repica la campanita; cavó el padre en la tierra y á muy poco descubrió la imagen y reliquias referidas. Estaba la imagen según la idea que usaban los antiguos cristianos, la cara muy agraciada, naciendo del pecho una imagen de María Santísima, su hija, y del pecho de esta Señora un Cristo pequeñito de medio cuerpo. La de Sta. Ana está sentada en una silla con ademán majestuoso, aunque en el día no aparece así por tener puesto verdugado atornillado[2].

Todo lo confirma la pintura que está en la capilla de h Sta. Que es tan antigua como la capilla; mas estando ya muy gastada se renovó modernamente y dejándola en el todo como venía desde el principio, se le pusieron al pie a las dos hermanas los nombres de Teodora y Ángela, ignorándose los nombres verdaderos.

Mas Dios nuestro Señor se complace de las súplicas que le hacen los afligidos por medio de Sta. Ana, siendo muy milagrosa para todos, especialmente para dar fruto de bendición a las casadas estériles: sacan los devotos tierra de la cueva y la echan en las bebidas a los enfermos y sanan; lo mismo sucede con el aceite de la lámpara, y entre los naturales anda muy fija la noticia, como oída a sus antepasados y mayores, que cuando se descubrió la imagen se halló la lámpara encendida, pudiendo ser la misma que ardía en su templo cuando los cristianos la ocultaron.

Todo esto hace recomendable la imagen de — 19 — Sta. Ana; y no lo es menos que siendo el terreno y campos adyacentes fertilísimos y pingües, y estando la concavidad o cueva donde fue hallada muy superficial o próxima a la tierra, no la hubieran descubierto los africanos cuando cavaban y laboreaban en sus inmediaciones, no permitió el Señor le hicieran sobre aquel sitio por evitar los desacatos. Sin duda, concluye el P. Castro, pondría un ángel o querubín con espada en mano, como lo hizo en el Paraíso; cuya reflexión es una llamarada de la devoción fogosa y muy ardiente de un devoto, que en todo venera las disposiciones del Altísimo.

Sigue después buscando el origen de esta población, así en lo antiguo como en lo moderno: dice estaba ya fundada cuando escribió Plinio y era tanta su antigüedad, que no pudo llegar a penetrar quien fuese su fundador: después con Rodrigo Caro[3] la llama Orippo, citando el itinerario de Antonino, en el que a dos leguas de Sevilla frontero de Gélvez pone a Orippo y con unas monedas que tenían un rostro humano coronado con banda y al frente un racimo de uvas, señal de la abundancia de viñas que allí hubo y aún hay; y por el reverso un toro con la nueva luna encima y a los pies Orippo: advirtiendo quizá sería señal del dios Apis que tuviese templo en esta población.

Prueban también la antigüedad de ella las muchas fortalezas y castillos que la rodean, pudiéndose decir era colonia o pueblo de re — 20 —  fugio; la torre de la venta, la de la Atalaya, Bujalmoro, la Serrezuela, Quintos, Cuartos y otras ruinas dentro de su término lo demuestran: la habitaron varias naciones según los tiempos, hasta que vino a esta Andalucía el Sto. rey Fernando, arrojando a los moros y erigiendo templos al Dios verdadero.

En este estado se debe considerar a este pueblo cuando sucedió el caso prodigioso del hallazgo de la imagen de Sta. Ana por las dos hermanas como se ha referido. Manifestada ya al público, labrada capilla y colocada la imagen en su trono, empezó Dios por la invocación de su Sta.  Ana a hacer muchos milagros; se extendió la devoción en los pueblos de la comarca: las dos hermanas se hicieron recomendables por sus virtudes y como los vecinos comarcanos en sus enfermedades y aflicciones viniesen a clamarle a Ntra. Sta., cuando habían de venir se decían vamos a las dos hermanas, o vamos a ver a las dos hermanas, porque tenían hecho juicio que eran unas Santas y que por su mediación y ruegos conseguirían lo que deseaban; y como durase mucho tiempo este modo de hablar le quedó al pueblo el nombre de Doshermanas, olvidando así el antiguo de gentiles y africanos.

Ha sido siempre esta villa de particular estimación para con los reyes y le han concedido varios privilegios y término muy dilatado, etc. Esto es en substancia lo que escribió Fr. Isidoro de Castro, encargando al sujeto á quien lo escribía no lo manifestase ni anduviese de mano en mano: pero en 26 de julio de 1795 se pusieron en la capilla de Sta. Ana dos ejemplares, únicos que se imprimieron en Sevilla en la imprenta de los herederos de D. José Padrino en calle Génova, con una relación circunstanciada del hallazgo de la Sta. Imagen compuesta por el mismo Padre, en la que reuniendo todo lo más que se ha dicho, añade que las dos hermanas vinieron del reino de León, que la una se llamaba Elvira Nazareno y la otra Estefanía Nazareno y su padre o hermano Gómez Nazareno: que en el repartimiento de S. Fernando fue distinguido el esclarecido y noble varón Gonzalo Nazareno haciéndole dueño de esta parte de tierras era el Gonzalo de nobilísima familia y de índole santa, todos muy devotos y empleados en obras de piedad, dadivosos a templos y monasterios; cita varias escrituras y donaciones, en que confirman muchos con el sobrenombre de Nazarenos, en especial una del año 1221 en que se numeran Gómez Nazareno, Elvira Nazareno y Estefanía Nazareno, y se advierte que estas dos Sras. eran hermanas. Habiendo pues concurrido en dicho año de 1221 a dar fuero» al abad de Sahagún habían de tener no menos una 21 y otra 20 años; y al tiempo de la conquista de Sevilla 47 la una y 48 la otra: heredado pues Gonzalo Nazareno en esta tierra, no se halla instrumento que diga -22 — quienes fueron sus herederos, pero lo dice todo el mundo los que van y los que vienen, esta tierra es de Dos-hermanas, así Rodrigo Caro citado, así Méndez Silva en las adiciones a los pueblos de España; y así el rey D. Carlos II cuando hizo primer Marques de Doshermanas a D. Alonso de Pedrosa el año de 1673.

Estas, estas dos hermanas Elvira y Estefanía Nazareno fueron las herederas verdaderas de Gonzalo Nazareno su pariente) y estas las que bajando de tierra de León vinieron a la de Sevilla, ilustradas por Dios para tomar posesión de su herencia y descubrir la Sta. imagen con  cruz y reliquias, como ya se ha referido. Vinieron con Gómez Nazareno, pero ni de este, ni de las dos hermanas se halla otra noticia, ni donde murieron, ni donde están en terradas. Así como el cuerpo de Moisés (concluye h  elacion) no se sabe dónde está, así también Dios nos oculta el de estas sus siervas, para que así veneremos sus inescrutables juicios. Véase aquí, dice, el principio y origen verdadero (y no el siniestro que los ociosos atribuyen) de llamar Nazarenos a los naturales de Doshermanas.

 

Edición: Pilar Vega Rodríguez

 

 

[1] Camándula. Camáldula. Orden monástica fundada en la Toscana en el siglo XV.

[2] Verdugado: 1. m. Vestidura que las mujeres usaban debajo de las basquiñas para ahuecarlas. (Diccionario de la lengua española, RAE).

[3] Rodrigo Caro. Utrera (Sevilla), 4.X.1573 – Sevilla, 10.VIII.1647. Sacerdote, abogado, poeta  y anticuario famoso. Es el autor de las Antigüedades y principado de la Ilustrísima ciudad de Sevilla y corografía de su convento jurídico o antigua Chancillería (Sevilla, 1634) entre otras obras de erudición