DESCUBRE LEYENDAS

Legendario Literario Hispánico del siglo XIX

Proyecto I+D Ministerio de Economía y Competitividad FFI 2013-43241R

Publicación

Romances y leyendas andaluzas: cuadros de costumbres meridionales. Obra ilustrada con sesenta grabados de vistas, trajes y costumbres de Andalucía, por los mejores artistas nacionales. Impr. De D. Benito Lamparero y compañía, Madrid, 1844,   pp.19-26.

Acontecimientos
Amores trágicos
Personajes
María y Tomás
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LOCALIZACIÓN

CORIA DEL RÍO

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La cruz del monte
 
I
Solo el pie y un brazo restan,
De la cruz que hace ocho años
Clavó el sacristán de Coria
Sobre un negruzco peñasco,
Que se eleva entre la villa
Y el Guadalquivir cercano:
Allí, dicen que está el cuerpo          -20-
De un desertor sepultado,
Y que su sombra de noche
Vaga por aquellos campos.
Ninguno a tales consejas
da lugar, pero es el caso
Que apenas desde occidente
Lanza el sol su último rayo
Cuando vagando se observa
Alrededor del osario
Una sombra que a la aurora
Desaparece hasta el ocaso
¿Qué melancólica suerte
ha cabido al ser fantástico
que hace de una pobre tumba
su presente y su pasado?
¿Quién es el ser misterioso
que pasa el tiempo y los años
entre una cruz y un cadáver
resto de un ser condenado?
¿Queréis conocer la historia
origen de asombro tanto?
Oídla como la cuentan
Los pastores comarcanos       -21-
 
II.
 
En la hermosa Andalucía
Nunca se ha visto pastora,
Más bella, mas seductora
Que la pastora María
 
Amó a Tomás con extremos
Y Tomás la idolatró;
Quién de los dos más amó
Fijamente no sabremos.
 
Mas la suerte incomprensible
Hizo opulenta a María,
Y Tomás no poseía
Mas que un corazón sensible  -22-
Sin esperanza se amaban,
Mas se amaban de tal suerte,
Que aun más allá de la muerte
Ser amantes esperaban.
 
Vivir juntos en la tierra
Eran sus sueños de gloria,
Cuando en los campos de Coria
Sonó el clarín de la guerra
 
La patria exigió la vida
De Tomás.Tomás partió;
Pero en el alma llevó
La imagen de su querida
 
En el campo, en la alquería,
De la guerra entre despojos,
Siempre tuvo ante sus ojos
Los ojos de su María
Fiel por su patria lidió
Pero supo que su hermosa,
Iba a ser de otro hombre esposa
Por violencia, y  desertó.
Verla, escucharla un momento,
Destrozar tan torpes lazos
Y morir de ella en los brazos,
Fue solo su pensamiento  -23-
Más vendido, condenado,
Ni este consuelo alcanzó;
Sin verla una vez murió,
Por desertor, fusilado.
 
María entonces, loca
No halló tregua en sus dolores,
Que el amor, como las flores,
Perece cuando se toca
 
El sepulcro del soldado
Fue de entonces su consuelo,
Y unirse penó en el cielo
Con su amante infortunado.
Ya que partir no podía
De Tomás la triste suerte,
Junto al umbral de la muerte,
Viviendo sola, moría
De la noche a la mañana
La pastora se ausentó;
Si esté en el mundo o murió
Ninguno en saber se afana.
Allá por la tarde fría
Cuando el viento airado zumba,
Resuena sobre la tumba
La dulce voz de María: -24-
Mas haya  muerto o su nombre
Resuene en otro hemisferio
Su destino es un misterio
Desconocido del hombre. -25-
 
III.
 
 Así la fúnebre historia
De María y el soldado,
Refieren al pasajero
Desde el niño hasta el anciano
Pero no es ficción, no es sueño
De cerebros exaltados
La misteriosa visión
Que impone terror y pasmo.
Es ella, la pobre niña
Que en su triste desamparo
Tórtola viuda gime
Junto al nido de su amado.
Siempre, cuando el sol declina,
Lleva sus tímidos pasos,
De su desdichado amante -26-
Hacia el lecho funerario,
Y con flores le engalana,
Y le riega con su llanto.
Despierta cariño mío
(dice con acento blando).
No seas sordo a mis clamores
Ni a mis quereles reasio.
¿No miras mi triste vía?...
¿No ves mis ojos preñaos
de lágrimas?¡Ay! Despierta,
ven a mis amantes brasos,
al pecho de tu María
que por ti vive espirando.”
Sucede que el caminante,
Para, al verla, su caballo,
Para arrojar una piedra[1]
Por el alma del soldado;
Y entonces la pobre loca
Tregua a sus lamentos dando
Enjuga la última lágrima
Que surca su rostro cárdeno
 

FUENTE: Santa Ana, Manuel María, Romances y leyendas andaluzas: cuadros de costumbres meridionales. Obra ilustrada con sesenta grabados de vistas, trajes y costumbres de Andalucía, por los mejores artistas nacionales. Impr. De D. Benito Lamparero y compañía, Madrid, 1844, pp.19-26.

 

[1] Nota: Aclara el autor “una piedra al pie de una cruz, puesta en medio del camino, equivale en Andalucía a un padre nuestro rezado por el descanso eterno del difunto”